viernes, 29 de mayo de 2009

Sara y Roberto

...
Sara: ¿qué estudias?
Roberto: Economía
Sara: no tienes pinta de estudiar economía
Roberto: ¿no? Y qué tengo pinta de estudiar
Sara: no sé, filosofía o algo así. Alguna de letras. Ya sabes, el pelo, la barba, los pantalones caídos... la música.
Roberto: Pensé en estudiar filosofía, pero al final vi que con la economía iba a entender mejor el mundo... y tendría curro, claro. De todas formas, los economistas no estamos muy estereotipados, ¿no?
Sara: un poco sí, gafas de metal, pelo cepillo... vamos, empollones y luego trajeados engominados.
Roberto: ya... típico ejecutivo... Seré la excepción. Aunque no creas, en mi clase hay unos cuanto chalados. ¿Y tú que estudias?
Sara: medicina
Roberto: pues no tienes mucha pinta de doctora
Sara: ¿no?
Roberto: qué va. Tendrías que dejarte el pelo largo, en una coleta, gafas de pasta finas y ser guapa... esto último ya no tiene remedio.
Sara:¿son así las doctoras?
Roberto: te lo juro. Últimamente he estado en el hospital por mi abuelo, y las jóvenes parecen cortadas por el mismo patrón.
...

Sara: Bueno, por lo menos lo del pelo y las gafas tiene remedio.
(sonrisas)
Roberto: y por qué medicina
Sara: pensé en estudiar psicología, pero al final vi que con la neurología iba a entender mejor al ser humano
(sonrisas)
Roberto: así que vas a ser neuróloga?
Sara: sí
Roberto: pues entonces me tendrás que estudiar cuando acabes
Sara: ¿y eso?
Roberto: soy superdotado
Sara: Seré neuróloga, no uróloga
(sonrisas)

Roberto: Vas por el fotomatón, ¿no?
Sara: sí... ¿qué eres, detective?
Roberto: peor, soy uno de esos personajes de telefilm de Antena 3 y me he obsesionado contigo...
Sara: … La mano que mece la cuna... ya decía yo que me sonaba tu cara... Sí, voy al fotomatón.
Roberto: alguna vez te he visto por allí...
Sara: ya, ¿hace mucho?
Roberto: no, hace un par de semanas creo que fue la última vez... déjame mirar mi libreta de asesino de telefilm...
Sara: ya... (duda)
Roberto: Sí, no estabas sola.
Sara: Eso creo...
(Pausa)
Roberto: ¿Te apetecería venir este sábado a un concierto?
Sara: ¿quién toca?
Roberto: Aviación Española, que es Luis el camarero del Foto. Le vi hace un par de meses y está muy bien. Creo que te gustará.
Sara: ¿Será el día que me raptes?
Roberto: No, creo que esperaré un tiempo, no estoy lo suficientemente obsesionado.
Sara: Entonces voy.
Roberto: Estupendo.
...

jueves, 28 de mayo de 2009

Mayor

Decía Manuel Vicent en una entrevista que uno nota que se hace mayor cuando exclama ¡qué barbaridad! ante algún hecho que alguien no mayor solucionaría con un ¡hostia! o ¡qué pasada!. También dicen que te haces mayor cuando a un futbolista lo llamas chaval.

Pero creo que la prueba definitiva de que te estás haciendo mayor es cuando, ante una canción que suena en la radio, exclamas ¡esta canción es de mi época! Si dices esto, no hay nada que hacer. Y si añades ¡en mí época si que se hacía música y no ahora! es que además de mayor, te estás volviendo gilipollas.

Los que tenemos ahora treintaypico hemos estado siempre bajo el yugo moral de nuestras generaciones precedentes: lo mucho y bueno que hicieron los de los 70 (por la música, el arte, la libertad, etc) y lo mucho y bueno que se divirtieron los de los 80. Tanto estuvimos bajo ese yugo que nos pusieron una X para definirnos y no sólo no nos revelamos, si no que hasta nos gustó.

Así que por este odio que le tengo a las generaciones precedentes y todo el daño que nos ha hecho prometo, dentro de unos cuantos años, cuando vaya de vacaciones en el coche y suene en la radio por casualidad Smeels Like Teen Spitit o Girls and Boys o Segundo Premio decirle a Xavier subiendo el volumen de la radio, mira, ¡esta canción es de mi época!, pero, repito, prometo nunca decirle ¡eso sí que era música, y no la que se hace ahora!

Aunque posiblemente, si lo que suena es esta canción, tendría toda la razón para decirlo:



El lunes viene a Santiago y yo ya estoy emocionado. ¡Y son de mi época!

PD. En cuanto al Barça, me remito a al post que escribí cuando le matió 6 al Madrid. Decir cualquier otra cosa sería repetitivo.

lunes, 25 de mayo de 2009

Mercados

He descubierto que me intimidan los sitios donde mucha gente sabe de algo de lo que yo no sé. Puede ser una charla de un publicista o un pico donde unos cuantos están haciendo Surf. Si yo no controlo de lo que se va a hablar o lo que se va a hacer allí, me siento intimidado por el resto, sea quien sea: público, participantes o practicantes de lo que se haga.

El sitio donde esto es más evidente es en los mercados. Un mercado un sábado a las 12 de la mañana es una sobredosis maravillosa de algo que me encanta: costumbrismo y cotidianiedad. Pero también es una sobredosis de intimidación. Cada sábado deseo ir al mercado a hacer la compra, confundirme con la parroquia, hacer barrio... pero nada más entrar, deseo salir de allí. Las señoras de los puestos se convierten gigantes molinos de viento que intentan atacarme Rape en mano; los productos cobran vida y me miran tristes por no saber nada de ellos; los demás clientes me observan, algunos con pena, otros con malicia; y yo lo único que puedo hacer es vagar por allí, triste de mí, sin atreverme a preguntar a cómo son estas coles o decirle la pescantina que esa lubina no la veo muy fresca, que me dé aquella de allí, o qué pimientos más hermosos tiene, señora, deme medio kilo que los voy a asar; y esperando el momento en el que un foco me ilumine y la carcajada de toda la parroquia derribe el mercado entero como la lluvia derribó el suelo en la mítica película... y pienso en mi amigo Bernardo, en como caminaba con su carro y su aparatosa zancada por el maravilloso mercado de Santiago hablando por doquier con señoras y parroquianos, negociando precios, saludando aquí y acullá y pienso que no debe ser tan difícil y que algún día me quitaré el miedo a estar en sitios donde mucha gente sabe de algo que yo no sé y disfrutaré del hecho tan cotidiano como hermoso que es ir al mercado.

Y los que vengan por Galicia, que no se pierdan el mercado de Santiago. A ser posible un sábado, con lluvia o soleado, es una de los sitios más bonitos que he encontrado.

viernes, 22 de mayo de 2009

Biblioteca

En el momento en el que él levantó la vista para pensar sobre aquel párrafo que no conseguía entender, ella bajó la mirada, nerviosa, creyendo que se había dado cuenta que desde hacía unos minutos no dejaba de mirarlo, escrutando su barba de tres días y su pelo desaliñado; como ocurría desde hace unos meses, cuando los dos se vieron por primera vez en la biblioteca del barrio. Él sabía que ella era la hija de los dueños del kiosco que está en la avenida principal. Casi todos los domingos bajaba a comprar el periódico, y en vez de ir a la pequeña librería que había justo al lado de su casa, paseaba hasta su kiosco con la intención de verla. Ella, en cambio, sólo reparó en él hacía un par de meses, desde que acompañó a su amiga Noelia a la biblioteca del barrio a coger un libro para no sé qué asignatura. Al entrar en la biblioteca lo vio y desde ese momento dejó de ir a estudiar a la biblioteca de la facultad con sus amigos y empezó a ir a ésta, donde él estudiaba cada tarde. Aquel día en que sus miradas por casi se cruzan, él salió a fumar un pitillo y escuchar una canción que no paraba de sonar en su cabeza. Pasó a su lado y tanto se acercó a su silla que pudo oler la colonia fresca que usaba. Ella le miraba por el rabillo del ojo mientras se alejaba hacia la puerta y, después de suspirar, se levantó y salió también a la calle. Le temblaba el corazón. ¿Qué escuchas?, le preguntó. El temblor de piernas no le impidió sacarse un auricular y ofrecérselo. Esto, le dijo. Muy chulo, acertó a decir ella después de un rato de escucha. Él no sabía si contarle que era un grupo americano de principios de la década muy poco conocido pero con unas canciones deliciosas. Podía quedar de pretencioso. Y aunque él siempre había sembrado un halo de inaccesibilidad, no quería quedar demasiado pedante. Con ella, no. Tampoco quiso decirle que escuchaba esa canción por ella, porque cuando entraba en la biblioteca en su cabeza sonaba siempre, sutil, esa melodía. Estoy un poco cansado, ¿quieres que recojamos las cosas, vayamos a dar un paseo y te cuento quién es el grupo? Estupendo, dijo ella mientras le devolvía el auricular. ¿Cómo te llamas?, le preguntó él. Sara. Sara, yo soy Roberto. Y mientras abrían la puerta de la biblioteca para entrar a por las cosas, el dijo: Sara, ¿por qué nunca vas los domingos al kiosco de tus padres? Y en ese momento ella quiso abrazarle, besarle, pero sólo puedo esbozar una fina sonrisa mientras le contemplaba desde unos ojos que ya casi eran brillantes. Este domingo puede que vaya. Se dio la vuelta y entraron en la biblioteca....

jueves, 21 de mayo de 2009

Conversación

Alfonso: que?
Enviado a la(s) 13:07 del miércoles
yo: la nada
la nada viene
a por nosotros
Alfonso: siempre ha venido
pero no siempre nos importó
yo: esta vez nos importará
Alfonso: pero a nadie le importará que nos importe
como a nosotros mismos no nos importaba
yo: sólo a los que nos importan
Alfonso: quizá(s)
yo: a ellos les importará
qué importante es
Alfonso: lo es y siempre lo ha sido
y nunca lo ha dejado de ser
parece una conversación de Matrix o de Lost
yo: sí
Alfonso: aparentemente importante
yo: jeje
Alfonso: pero sin ningún significado real
envoltorio sin caramelo
yo: eso eso
Alfonso: cóndon sin polla
dinero sin alma
venga hombre
hagamos metáforas en homenaje a Benedetti
yo: no soy bueno con las metáforas
Alfonso: pues prueba metonimias
o hipérboles
yo: prefiero la metadona
Alfonso: casi
yo, el mercadona
vaya, estoy lanzado
yo: a ve si me sale una metáfora
déjame pensar
(con el lado derecho)
Alfonso: si ya la tienes pensada hombre
venga, te animo
(redoble de tambores) trrtrtrtrtrtrtr
a mi me salen rápido
pero a ti te salen buenas
;-)
yo: no, no creas
en eso no oy bueno
de verdad
no es falsa modestia
Alfonso: pero sabes escribir
y yo no
puedes elegir la figura literaria que mejor se te de
yo: es instintivo
no pienso lo que escribo
no sé que figura es
sale de las entrañas
del corazón
Alfonso: pues no le pongamos nombre
yo: es puro sentimiento
Alfonso: para qué?
yo: pura carnalidad
Alfonso: es como ligar de noche
no hace falta saber el nombre
yo: es como coser sin hilo
(vale eso?)
pura imaginación
Alfonso: buena metáfora
como en el chiste...
yo: más diría, pura fe
Alfonso: ves como cuando quieres puedes?
yo: si ya lo sé
puede hacer lo que me plaza
plazca
soy como NEo
el elegido
Enviado a la(s) 13:19 del miércoles
Alfonso: el elegido por los que te importan
yo: así somos todos
Alfonso: yo, en cambio, soy el arquitecto
y cada cierto tiempo me toca hablar con un Neo
que cree que puede hacer lo que le plazca
;-)
yo: entonces sería el oráculo
Alfonso: caraculo?
yo: ése ése
no soy más que eso
un fanfarrón de palacio
que vende humo
Alfonso: un wilde cualquiera?
un dorian gray?
Enviado a la(s) 13:24 del miércoles
yo: gay?
me has llamado Gay??
Alfonso: eso sí que nunca lo diría de ti
cualquier otra cosa, pero eso... no
yo: me estás llamado macho hispano insensible??
Alfonso: bueno, eso sí que lo podría llegar a decir
pero no lo digo claro
pero no lo digo, claro
Enviado a la(s) 13:27 del miércoles
yo: no lo dices porque NO LO SOY
soy un chico majo y sensible
Enviado a la(s) 13:30 del miércoles
Alfonso: gay?
yo: tampoco
soy...
no sé
a lo mejor es que simplemente no soy
y por eso me cuesta definirme
Alfonso: bienvenido a esa tierra de nadie, en la que todos nos movemos entre luces y sombras
yo: escala de grises, no más que eso somos
Alfonso: poliedros cambiantes
como las armaduras de Dune
yo: en costante metamorfosis
hacia no se sabe qué
Alfonso: no hay un hacia
solo un antes y un después
yo: ahora no estamos
Alfonso: y quizá(s) un porqué
yo: no somos
fuimos y seremos
Alfonso: fuimos y volvimos
yo: volatilidad
volvimos de allí
donde no se permite caminar
con los ojos etornados
donde hay que ser pero no estar
Alfonso: si hay un lugar donde puedo ser, entonces es un lugar donde quiero estar
yo: en cambio, no me gustaría estar donde soy
pues no me gusta como soy
pero sí como estoy
Enviado a la(s) 13:39 del miércoles
Alfonso: ummm
eso es porque estás de una forma en la que no puedes ser como eres
pero que curiosamente te obliga a ser como te gustaría ser
Enviado a la(s) 13:41 del miércoles
yo: no puedo ser como soy, pero sí soy como quiero ser
curioso
querer y ser
Alfonso: entonces eres como quieres ser
yo: soy y quiero
Alfonso: si algo no puedes ser entonces no eres
yo: no puedo nada
soy todo
Alfonso: eres todo en potencia pero algo en concreto
yo: concreto lo que quiero
Alfonso: la voluntad es solo una parte más de la ecuación
Enviado a la(s) 13:45 del miércoles
Alfonso: de la ecuación en la que nosotros, como Neo, solo somos un resto no cuadrable
yo: (me he perdido)
la voluntad es la parte fundamental
Alfonso: pero una parte
yo: es el rozamiento con respecto a la velocidad
Alfonso: no es el todo
yo: el todo eres tú
el nada es nada
nada es nada
y después de este "ejercicio intelectual" voy a pasar al ejercicio física
físico
Alfonso: toca una paja?
yo: Eso también es ejercicio intelectual
Alfonso: suerte y voluntad!

lunes, 18 de mayo de 2009

Vino

Un día pasas por una bodega y decides comprar un vino de 15 ó 20 euros esperando beberlo en una ocasión especial, pero resulta que cuando llega esa ocasión ha pasado demasiado tiempo y el vino está estropeado. Y entonces recuerdas aquel sábado que os levantasteis pronto y después de pasar por el mercado a hacer la comprar cocisteis un rape que comisteis aliñado con una ajada y ella te contaba esa idea suya de negocio en Internet que había tenido mientras tú removías el pimentón en el aceite y los ajos ya fritos. O recuerdas el día que después de comer con tus padres decidisteis pasar la fría tarde de invierno en casa viendo esa película francesa que tanto os gusta y como notaste, bajo la manta, que el vello de su brazo se erizaba cuando los niños, disfrazados, bailaban al son de una tímida música, y como tras sus gafas viste alguna lágrima de emoción. O también ese miércoles frío que llegasteis a casa tarde después de un día agotador de trabajo y en vez de encender el televisor para desconectar con cualquier cosa como soléis hacer, decidiste escuchar a Van Morrison, y mientras la música sonaba y untabas margarina en el pan de molde para hacer los sandwiches la hacías reír contándole la conversación que tuviste con tu amigo Mateo ese mismo mediodía. Y piensas que esa risa brillante en un gris miércoles merecía el vino de 20 euros; piensas que todos estos momentos cotidianos merecían ese vino que ahora está estropeado y no hay quien tome.

Creo que en un embarazo es igual. No debes esperar al nacimiento del niño para descorchar la botella de vino de 20 euros que decidiste comprar cuando pasate por la bodega. O por lo menos eso pienso estos días, cuando se cumplen los cuatro primeros meses de embarazo de Sonia.

jueves, 14 de mayo de 2009

Pesadilla y Serrat

Éste fue de hace unos días y fue una pesadilla. De la que no me acuerdo, ni quiero acordarme. Sólo sé que era una selva y que estaban entre otros mi hermano Juan y su mujer Carmen, mi amigo Canzobre y otros amigos. No sé qué pasaba pero era terrorífico. Tanto que S. fue al baño a las cuatro de la mañana y fui con ella: no quería estar solo por nada del mundo.

Después he soñado con un festival y con el Fotomatón y con Alfonso y Luis Alberto y que Serrat cantaba Mediterráneo en una especie de sentada hippie con el acompñamiento a la flauta de Fino (Los Enemigos, Clovis) y otros músicos que suelen pasar por el Foto y que no me acuerdo; y Alfonso estaba enfadado por no sé qué que había pasado. No lo recuerdo, quizá porque este segundo sueño, sin llegar a ser pesadilla, tampoco fue agradable. Nada agradable.

Y es la segunda vez que sueño con el Fotomatón y con Alfonso y Luis Alberto.

martes, 12 de mayo de 2009

...luego por la noche al Penta a escuchar

Nunca he sido un gran seguidor, ni siquiera seguidor, de Nacha Pop ni de Antonio Vega. Escuchaba sus canciones, me gustaban, pero no me emocionaban. Así que ahora no diré que era el mejor compositor de España, un gran creador con una sensibilidad extraordinaria, un adelantado, incomprendido, persona y personaje escepcional y demás cosas que se dirán estos días ante el fallecimiento hoy de, eso sí, un personaje imprenscindible de la historia de España de las última décadas.

Pero quizás por la veces que he acabado en el Penta a las 03:30 cuando éste cerraba y sonaba, siempre, como última canción La chica de ayer, esta canción si me emociona y significa unas cuantas cosas para mí. Por eso hoy se me pone un nudo en la garganta cuando escucho aquello de luego por la noche al Penta a escuchar...

jueves, 7 de mayo de 2009

Canción

La canción con la que acaba el pequeño texto "bailar", justo debajo de éste, se llama Far from an answer y es una preciosa canción (de las más que yo he escuchado, en serio) del grupo Papas Fritas. Son americanos, de Boston, creo, y la canción está contenida en el delicioso disco Buildins and Grounds del año 2000. Y esta noche vieja pasada me enteré de que se llaman así porque si un americano pronuncia Papas Fritas en realidad está diciendo Pop Has Free Us... Curioso.

Cuando vinieron a Madrid hace no sé cuántos años intenté liarme con la teclista (aunque a mí quien me gustaba era la baterista y cantante india) en el Maravillas, después del concierto, pero la corta rollos de la road manager, cuando ya estaba todo a punto, no sé qué pasó que se la llevo al hotel.

Aquí os dejo un trozo de la canción. Es lo único que he encontrado para escuchar online.

miércoles, 6 de mayo de 2009

Bailar

La chica salió a la calle con la misma camisa con la que había llegado la noche anterior. Miró a un lado y a otro, se subió el cuello y comenzó a caminar hacia el metro. Sacó un cigarrillo y lo encendió. Echó la vista atrás y en el balcón estaba él, también con la misma camisa con la que había llegado la noche anterior. Lanzó un beso, y su sonrisa hizo que se iluminara el cielo de la ciudad en aquella otoñal mañana. En el metro, con los brazos cruzados, comenzó a acariciarse el brazo derecho, de forma suave. La sonrisa seguía en su boca, las luces del metro eran mucho más blancas, como si el vagón estuviera dentro de un alud de nieve en vez de en un lúgubre túnel. Acercó su nariz a la camisa, a su cuello y olfateó: reconoció su olor, el olor de una mágica noche. Cuando llegó a casa, y después de unas explicaciones breves a su madre, se sentó delante del ordenador y arrancó itunes. Buscó una canción especial para la ocasión y empezó a sonar… y comenzó a bailar…




I didn't know what to say

When you happened to look my way

Far from an answer, the question stands alone

The more that you're after, the more you'll never know


Mystery is the only attraction

Have you heard the sounds and the reactions

Take me on with perfect harmony

Near or far you're moving closer I see


Follow me I'll show you the way
'Cause you'll never find a reason to stay

So just try me if you're willing to play the game


Dreams apart, the moment starts an endless gaze

And you left in a haze

Reach out, you'll find it's meant to be

On and on, you're turning, soon you'll be free


Follow me I'll show you the way
'Cause you'll never find a reason to stay

So just try me if you're willing to play the game


Look and turn away before the truth is known

Dreams will start to fade and then the lights go on


La la la la la (Look and turn away)
La la la la la (Dreams will start to fade)
La la la la la (Look and turn away)
Move in closer to me 


Follow me I'll show you the way
'Cause you'll never find a reason to stay

So just try me if you're willing to play the game

martes, 5 de mayo de 2009

Concierto en el Fotomatón

Hoy he soñado que había un concierto en el Fotomatón, pero éste era más grande de lo que es en realidad y tenía unas grandes cristaleras que daban a la calle y hacía esquina. Vamos, que no era el fotomatón, pero sí lo era. A todo esto el grupo quería empapelar por fuera toda la cristalera con fotos de no sé qué y Luis Alberto les dejó y llevaba mucho curro, pero nosotros no lo hacíamos, nosotros (estábamos Jorge y Quique, técnicos de sonido del Foto, Luis Alberto, Alfonso y yo) sólo teníamos ojos para dos componentes del grupo que estaban bastante bien, las chicas.

Luego yo decidí irme a dar una vuelta porque empezaba a haber problemas con el grupo y no quería entorpecer el trabajo de los que hacen el Fotomatón. Me iba triste, porque en ese momento, como me pasa muchas veces en la realidad, eché de menos el no formar parte del Staff del foto, como hice durante un tiempo. Así que me fui en coche y después de aparcar en un sitio que era de muy difícil acceso, entré en un bar y luego en unos cuantos más, hasta que un viejo me empezó a seguir contándome que era un torero famoso en los cincuenta que había conocido a Curro Romero y no sé qué. A mí me dio miedo porque pensé que me iba a robar, así que empece a andar deprisa y luego a correr con el único pensamiento de cómo iba a sacar rápido el coche de tan difícil sitio donde había aparcado.


Volví al concierto y todo se había solucionado y una de las chicas guapas quiso besarme... y lo consiguió...


Actualización:
me he acordado antes, mientras comía, que quien me perseguía no era un viejo torero, sino un viejo cantaor de flamenco que todo el rato me estaba cantando.

domingo, 3 de mayo de 2009

Fútbol como metáfora

Después de lo visto ayer en el Santiago Bernabéu, y teniendo en cuenta lo que me gusta utilizar el fútbol como metáfora de la vida, uno piensa que lo que vio fue un pulso entre el siglo XX, representado por el Madrid y el XXI, representado por el Barça, en una lucha encarnizada del primero por sobrevivir ante el segundo, como si de agua y fuego se tratara.
El Barça actual encarna todos los valores del S.XXI: esfuerzo y tenacidad, pero sobre todo inteligencia, compromiso, honestidad, actitud positiva... parecía un equipo ecológico, comprometido con la sociedad, asumiendo claramente su responsabilidad para con todos los estamentos a los que se debe. En cambio el Madrid, simbolizaba los valores del XX: garra, pasión, fuerza... furia. La manida furia que ya quedara enterrada en la anterior Eurocopa volvió a salir en estos últimos partidos del Madrid, aquí llamada El Espíritu de Juanito. Éste, ayer, por fin, sucumbió ante una nueva forma de jugar al fútbol, de estender este deporte, pero también sucumbió ante una nueva forma de entender la sociedad en la que vivimos. De pensarla y de vivirla.

Era la lucha entre el comercial del S.XX que se iba de putas con su cliente para que éste le comprara cualquier cosa que ni siquiera conocía y el comercial actual, más consultor que comercial, que conoce su producto, su sector, su sociedad y que, pese a que su trabajo sigue siendo vender, siempre lo hace atento a lo que ocurre a su alrededor... atento a su honestidad.

Ayer fue el último día del S.XX y quizá no sólo en el fútbol, pues muchas personas se ven reflejadas en sus equipos y en sus jugadores. Uno piensa, por definirlo de algún modo, que ya no hace falta que un futbolista (Xavi Hernández), baloncestista (Gasol), cineasta (Amenabar), tenista (Nadal), tenga que salir al campo con una bandera y simular unos pases de pecho para demostrar su compromiso con nada o hacer declaraciones de amor incondicional. No hace falta rinbombancia para demostrar nada. Para eso está su trabajo diario, su capacidad, su inteligencia, su honestidad con lo que es y lo que hace... El compromiso está en el día a día. Ahora sólo nos queda tener políticos así. Madina, Feijoó o Pachi podrían ser buenos ejemplos. Habrá que esperar.

O, dicho de otro modo, ¿a quién ficharías para tu empresa hoy, a Raúl y Guti o a Xavi e Iniesta? ¿a Almodóvar o a Amenabar? ¿Alguien del XX o alguien del XXI?

Me gustó mucho la crónica de Sámano en El País.