miércoles, 31 de marzo de 2010

Hoy

Esta mañana me he levantado a las siete de la mañana, aunque, gracias a Xavier, llevaba despierto desde la cinco. Me he puesto lo que he pillado, he preparado la bolsa y me he ido al gimnasio. Era de noche y la cuidad estaba vacía. Aunque hacía algo de frío, era agradable ir en moto por la ciudad vacía. El ginmasio está en la segunda planta del centro comercial A Laxe, en Vigo, claro. Como el Centro comercial está cerrado, hay que subir por un ascensor al que se accede desde la calle. Justo cuando se abrían las puertas de éste, ha llegado un tipo con pinta sospechosa (más homeless que mangante o ladrón o como se quiera decir) y me preguntado que si subía. No soy miedoso para estas cosas, pero evidentemente le he dicho que subiera el solo. No, mejor sube tú, me ha dicho. Claro, pero tú no subes conmigo. No ha contestado nada, pero se ha quedado merodeando por las puertas de los ascensores. En el gimnasio había poca gente. me gusta ir a estas horas porque los que se gustan en los gimnasios no suelen ir a estas horas y puedes estar traquilo sin que te den envidia (o asco) los que tienen mejor cuerpo que tú. He corrido 20 minutos a unos 8 ó 9 kilómetros por hora y he hecho unas abdominales. He sudado, aunque no mucho. Lo suficiente para después ir a la piscina y hacer unos largos. La piscina de este gimnasio es estupenda: además de tener vistas a la ría y a Cíes, tanto el agua como la temperatura ambiente están a temperatura perfecta. Como era la primera vez que iba, le he preguntado a la chica cuáles eran los normas y ésta me ha contestado de forma muy amable, aunque la información ha sido escasa. Quería saber cuándo era conveniente o no entrar en la sauna, cuánto tiempo, en definitiva, cuál era el recorrido idoneo para el SPA y no me ha sabido contestar muy bien. Aún así, con que un(a) monitor(a) de un gimnasio sea simpática, me vale: como no tomes litros de batidos de proteínas o lo que sea que toman estos, te suelen mirar por encima del hombre. Me ha pasado en otros sitios. Después de nadar, he entrado en el jacuzzi, después en los chorros y cascada y por último me he dado una sauna. Todo esto relajado y mirando a la ría. Sí, este ginmasio es sensiblemente más caro, pero merece la pena. Mola. Cuando he salido, comiendo un plátano llevado de casa para la ocasión, llovía. He pensado en desayunar allí y después coger la moto, esperando a ver si escampaba, pero el centro comercial seguía cerrado. Así que he cogido la moto. Mientras desayunaba un croasan a la plancha y un descafeinado con leche, he leído en el Marca que se ha lesionado el niñato. Bueno, eso no, pero sí que he visto una foto de Zidane en su despacho y he pensado que para qué querra Zidane un despacho y si será realmente necesario para el trabajo que quiera Dios que hace en el Madrid. Por supuesto no he leído la entrevista, que al parecer es la segunda parte de una larga entrevista. No me gustan las entrevistas con los deportistas, no me interesan lo que puedan decir. Quizá algún entrenador, hablando de tácticas (ya sean de juego, de carrera o de lo que sea), pueda ser interesante, pero no un deportista en activo. En la última página, salía una entrevista con Onésimo, ahora entrenador del Valladolid. Por supuesto, no me interesa lo que digo Onésimo, per sí su imagen: es la razón por al que voy al ginmasio. En Piantes, el lunes pasado, empezamos la operación anti-onésimo, que no es otra cosa que evirar acabar como Onésimo. (Éste se ha convertido en el bufón, por ponerle una palabra, de Piante. Es la diana de VBP y mía para echarnos unas risas. Pero creo que con razón, ¿no se acuerdan del Onésimo jugador? Mirenle ahora.) Al llegar a la oficina, la señora de la limpieza estaba fregando. Vaya, le voy a pisar, le he dicho. No pasa nada, para eso está. No, para eso no está, he pensado. Otra cosa es que no pase nada, porque además yo tengo que subir a la oficina y no se puede hacer otra cosa, pero que te pisen lo fregado me parece una putada con mayúsculas. Puede paracer una frivolidad, pero, con lo que cuesta fregar el suelo, con la tarea tan desagradable que es, que luego te la estropeen, que luego tengas que volver a pasar por ese punto la fregona, y que nunca queda igual, me parece una aunténtica putada. (He pensado una palabra para sustituir putada, pero sólo me ha salido fastidio, y no me ha gustado mucho, por eso he repetido putada).
VBP ya está aquí. Hemos departido del partido de ayer, de cómo el Bayer le levantó al Manchester el partido en el último minuto, bebiendo de la propia medicina que le hizo uno al otra en la final hace ya unos años. Ahora los dos estamos concentrados. Yo, escribiendo esto (Alfonso, en un rato estoy contigo); él, en su trabajo, supongo. En un rato tendremos reunión para empujar el proyecto Piantes (ya hablaré de él). También tengo que llamar a un proveedor para que me diga cómo me suministra un producto: si es físico o es on-line, y, con lo que me diga llamar al cliente y ofertárselo. También tengo que decirles a mis compañeros que ayer acabé GH y que tenemos que pasar el lunes a recoger los sistemas que allí tenemos. Y poco más. A la una de la tarde quiero estar en casa para ir a recoger a Xavier, preparar las maletas e irnos a Madrid, a pasar lo que espero sea una estupenda Semana Santa. Que ustedes también lo pasen bien. Nos hablamos a la vuelta.

2 comentarios:

  1. oiga, ¿y que tal va de vientre? porque ese detalle no lo ha comentado y creo que también puede ser de interés para el mundo mundial...

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  2. De vientre voy estupendamente, ya me conoce usted. Un poco peor de aguas menores. Voy demasiado al lavabo. Tendré que ir al urólogo.

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