martes, 28 de julio de 2009

Ingenioso

Durante un tiempo, debido a mi ya casi amigo Zoster, no podré beber. La medicación que estoy tomando y que tomaré creo que por largo tiempo me lo impide. Evidentemente no necesito beber para seguir con mi vida... ¿o sí con la social?

Por poner un ejemplo. Nunca he dado un beso a una chica por primera vez sin estar borracho. Las pocas o muchas veces que haya pasado esto, ha sido con unas copas de más y en garitos. Nunca ha habido un nos presentan, vamos al cine, después a cenar a un chino y por último nos besamos. No, te conozco en un bar habiendo bebido "algo", hablamos... y nos besamos. Si no, nada. Ni cine, ni nada. Así ha sido. Para mal o para bien. Qué quiere decir esto. Dejando claro que no tengo un físico para que una chica se tire a mis brazos nada más verme (¡flipa, una vez me pasó!), en una sección corta de tiempo, digamos una hora desde que he empezado a hablar con ella, he tenido que ser lo suficientemente ingenioso para que al final esa chica quisiera enrollarse conmigo. Porque, no nos engañemos, si eres ingenioso y divertido, a no ser que seas Shreck o el Ángel Cristo de ahora es muy posible que esa chica caíga en tus brazos (si estos son como los de Nadal, más fácil será). Y de verdad que en casi todas las ocasiones lo he sido, incluso cuando después me he ido solo a casa. Muy ingenioso. No me tiro el pisto. Alguna vez demasiado ingenioso: una vez simulé que le robaba el bolso a una chica y salía corriendo con él. Evidentemente la broma no gustó y se fueron, además con un enfado considerable, cosa que yo no entendí en el momento ya que me parecía la mejor broma del mundo. Pero ¿En estas situaciones, sin haber bebido, hubiera sido igual de ingenioso? No lo creo. Mejor, ni de coña.

Por supuesto ahora ni quiero ni necesito besar por primera vez a ninguna chica (ya casi se podría decir una mujer). ¡Por favor, que voy a ser padre en octubre! Pero sí, en este tiempo, voy a quedar con amigos, vamos a salir, a cenar, a tomar cañas, vamos a charlar y reírnos. Y aunque no es lo mismo estar con tus amigos que charlar con una chica que acabas de conocer siendo el fin de este contacto llevarla a la cama, temo que no sea lo mismo sin esas dos o tres cañas, o sin esas copas después, sobre todo cuando sea yo el único que no tiene esa sensación de flotar que se siente con las primeras cervezas. Que, en definitiva, no pueda participar de la misma manera. No es que no pueda estar con mis amigos sin beber, claro que puedo, o mejor, supongo que puedo, pero, a no ser que quedemos para leer Los Hermanos Kalamazov, seguro que es distinto, mi participación es distinta. Por lo mismo que con las chicas, porque la conversación fluye de otra manera y el ingenio se agudiza. No sé muy bien cómo expresarlo: ¡quizá me falte algo de ingenio!

Curioso lo de ser ingenioso (y aquí viene, creo, lo importante del post). Antes era un rasgo que te confería cierta clase entre el grupo de amigos y conocidos. Ahora, en el mundo 2.0, es un rasgo imprescindible si quieres ser alguien. Como no aproveches los 140 caracteres de tu Twitter o tu Facebook, o los infinitos de tu blog, siendo ingenioso, ocurrente, divertido... distinto, no eres nadie. Nadie te va a comentar ni se va a hacer tu ¿amigo?; al revés, te ocultarán tus comentarios y te quedarás sólo en el ciberespacio. Sobreviven los que disponen de las herramientas adecuadas, decía Darwin. Será ésta la selección natural del S.XXI.

Saludos a los ingeniosos... y a los serenos.







Pd. Este post ha intentado ser pretendidamente ingenioso.

Acutalización: quiero decir, pretenciosamente ingenioso.

2 comentarios:

  1. Una noche, en la edad magnética, se me ocurrió bajar al Myppos a Fantas. A las dos horas pareía que estaba en una convención de orcos y no me hacía gracia nada de lo que me decían mis colegas.
    El alcohol fue (es?) un desinhibidor y una medicina del amor para los que como yo, no tenemos otra ventaja genética ni don que el darle al pico con unos cuantos whitelabel cola sabiendose de antemano perdedor.
    Agrupacióooooon, agrupaciónnnnnn

    ResponderEliminar
  2. pues discrepo! por causas estrictamente médicas estuve 6 meses sin probar ni gota, y aunque pensaba que iba a ser mi perdición... no lo fué tanto.

    Descubrí que el ingenio no es proporcional a la ingesta de alcohol (más bien creo que la percepción de que somos ingeniosos es la que es proporcional...) De hecho, mis amigos recuerdan esa época como una de las más ingeniosas por mi parte... incluyendo la famosa "noche de los trinas" (...) a lo mejor el azúcar es lo que nos hace ingeniosos..

    Aunque es cierto que el alcohol es un buen (la mejor relación calidad/consecuencias) desinhibidor para empezar a soltar el rollo.. y también es cierto que a cierta hora de la noche si no has bebido no entiendes a tus colegas :(

    En fin, ánimo, se puede vivir sin alcohol (una temporada..)

    ResponderEliminar