viernes, 5 de junio de 2009

Avión

En el avión que me llevaba a Vigo esta mañana, ha habido una explosión cuando empezábamos a descender al aerpuesto de Peinador, en medio de turbulencias. Ha sonado un Boom y un destello y las luces se han apagado durante un par de segundos, o cinco, no lo sé. El grito de todos los pasajeros ha sido tremendo, el silencio de después lo ha sido más. Yo justo acababa de leer la noticia del avión de Air France en el periódico. Al rato el piloto dijo que nos había alcanzado un rayo, pero que no había dañado ningún sistema y que podríamos aterrizar en Vigo sin mayor problema. Todo volvió a la normalidad, sobre todo el color en los rostros de los pasajeros y, efectivamente, aterrizamos sin problemas.

Lo más curioso es que no me acojoné. Por supuesto me sobresalté, pero en ningún momento tuve miedo. Sobre todo me dediqué a observar a los que estaban cerca de mí, escrutando sus rostros, viendo el miedo, el terror, en la cara de cada uno, sobre todo de una persona mayor que estaba a mi lado. Y hacía esto como si no fuera consciente de lo que pasaba o podría haber pasado. He llegado a casa, he trabajado, he comido, he hechado la siesta y he ido a la compra. Sin acordarme del avión. De hecho durante el día he hablado con agunos amigos y ni se lo he contado. Como si no hubiera ocurrido.

Pero mientras hacía la compra me ha venido el flash y es ahora cuando me estoy empezando a acojonar. Y mucho.

No hay comentarios:

Publicar un comentario