lunes, 8 de junio de 2009

Concierto (Sara y Roberto)

La demanda agregada es todo lo que demanda el mercado de un país durante un determinado periodo de tiempo. Me gustó mucho el concierto. Incluye la demanda total de bienes de consumo más la demanda de bienes de inversión, a las cuales hay que añadir el gasto (demanda) del sector público más la demanda exterior (exportaciones menos importaciones). Siento lo que pasó después. De verdad. La actividad económica general de un país depende, Nos vemos según demostró J. M. Keynes, del comportamiento de la demanda agregada, y de ahí que las diferentes políticas macroeconómicas... No puedo más, se dijo Roberto así mismo esa tarde de lunes, en la biblioteca. En la biblioteca donde no estaba ella. Apenas podía concentrarse, apenas podía leer sin levantar la vista para ver si aparecía. Aunque en realidad deseaba que no apareciera. Y no estaba enfadado con ella por lo que pasó después, por lo menos, no sólo con ella. Tenía que haber sospechado que podía pasar. Porque no tenía que haberla invitado al Fotomatón, porque no tenían que haber ido a ese concierto, porque podrían haber ido al cine, al puto cine, coño, en vez de meterse en la boca del lobo, porque apenas dos semana antes ella estaba con un chico en el Fotomatón. Y al final todo acabó con un mensaje a las seis de la mañana: Me gustó mucho el concierto. Siento lo que pasó después. De verdad. Nos vemos. Y no estaba en el quiosco, claro. Ni en la biblioteca. ¡No puede ser una hija de puta, no puede serlo!Y repasó mentalmente los detalles de esa noche intentado atraparlos. Por lo menos hasta que apareció. Y piensa en las mariposas de toda la tarde del sábado, en la elección de la ropa, de la música que escuchar en el metro de camino a la cita, en el momento de espera y en el momento en el que apareció, radiante con su parka negra. Piensa en el Chino y lo mucho que se rieron y como lo contó que aquel chico con la que la vio hace dos semanas era uno con el que estuvo hacía un tiempo pero que ya... nada y como luego le preguntó si tenía novia o algún rollete por ahí. No, no hay nada. Ahora sólo tengo ojos para las páginas salmón de los periódicos. Piensa en el concierto (Me gustó mucho el concierto) , en cómo miraba al artista, en cómo le preguntó, susurrando al oído que de quién era la versión que estaba haciendo. De Wilco. Es verdad. Y de como en ese momento, mientras Aviación Española cantaba our love, our love, our love is all we have y él olía tan de cerca su fragancia y había sentido el susurro en su oído, pensó que se encontraba más cerca del cielo; y después con La Habanera apenas pudo dejar de mirarla. Y en ese momento quiso besarla, pero sólo acertó a acercarse a su oído y decirle, bonito, ¿no? Y Sara contesto con una mirada y una sonrisa, mientras movía la cabeza de un lado a otro, siguiendo la música. Y después la primera copa, más risas, la segunda (se acercaban, se tocaban, se rozaban) y como ella, con su simpatía natural y ese resplandeciente brillo en los ojos, saludó a Luis, el de Aviación Española y le dio la enhorabuena diciéndole que Me gustó mucho el concierto. Y como después se le cambió la cara y al mirar a la puerta Roberto lo reconoció. Reconoció aquella espalda que hace dos semana la besaba, la misma camisa de cuadros, floja, medio remangada, que le acariciaba la espalda. Y en ese momento, se maldijo, se maldijo por no haberla invitado al cine, o por no haber salido antes del Fotomatón. Voy al baño, dijo él. Espera, dijo ella cogiéndole el brazo, aún no vayas. Vale, y le dio un trago a la copa. ¿Estás bien Sara? Sí, es sólo que no me apetece...Y en ese momento, Roberto recordó la tarde del miércoles pasado, cuando ella se acercó y le preguntó que qué estaba escuchando.

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